Lo que pasa en un desfile

Ver los desfiles de moda es una de las actividades que más me apasiona, es el momento en el que el diseñador expone sus creaciones y las somete a la opinión pública y a la crítica más feroz de las editoras de moda y expertos compradores.

Todo el trabajo de seis meses se somete a una prueba que dura solo quince minutos…

Para mí, ese momento, casi instante del desfile, es mágico. Una atmósfera de luces y música acompaña cada paso de las modelos, mientras los ojos asombrados del público no pueden ni parpadear, porque si cierras los ojos te pierdes algún detalle. Eso seguro.

Un desfile tiene dos dimensiones: la ropa que se va mostrar y la puesta en escena.

La ropa te esperas que sea increíble, sensacional y en la línea de trabajo de la marca. Lo que tiene más capacidad de sorprender es la puesta en escena del desfile, que necesariamente tiene que contar con tres elementos: la modelo estrella del desfile, la puesta en escena y el front row.

En puesta en escena el rey, sin lugar a dudas, es Karl Lagerfeld para Chanel. No deja a nadie indiferente. Localiza sus desfiles en el Grand Palais de París, donde recrea los conceptos en los que va a mostrar la colección.

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Otra especial mención merecen las reinas de la pasarela, las que coronan los desfiles con el comienzo y el fin, y suelen ser las encargadas de llevar el vestido de novia. Ellas acaparan todos los flases y son portada de revistas.

De las Top Models de los 90´s a la irreverencia y el descaro de las jovencitas que vienen pisando fuerte.

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Por último, haciéndole cada vez más sombra a lo que pasa encima de la pasarela, el Front Row, repleto de caras conocidas, actrices  y blogueras ocupando la primera línea de asientos.

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